En el actual contexto de crisis
económica y contención del gasto público se habla con mucha facilidad de la
reducción del gasto sanitario. De forma subjetiva y atendiendo al elevado coste
que supone un sistema sanitario y todos los servicios que de él derivan, se
puede considerar que el actual SNS (Sistema Nacional de Salud) es un agujero
negro de dinero público donde, en muchas ocasiones, se malgasta el dinero del
contribuyente.
Es de recibo decir que como en todo
sistema, tanto público como privado, existen multitud de ineficiencias que
podríamos discutir larga y tendidamente. Además, hay que remarcar, que los
criterios lógicos y racionales están sujetos a interpretación, por lo que un
gasto superfluo para una persona puede no serlo para otra.
Miremos pues los fríos datos. Como
se puede observar en la figura número 1, el gasto sanitario español (con datos
del 2013) se encuentra en la media de la OCDE. Si miramos a nuestros los países
nórdicos veremos que éstos se encuentran bastante por encima de la media y
obviamente por delante de nosotros. Es un caso particular el que presenta EEUU,
ya que su gasto sanitario es el más elevado de los de la OCDE pero no sería
correcto hacer una comparación directa ya que estaríamos generando un sesgo por
las diferencias de sistemas sanitarios.
Figura 1 (Datos de la OCDE) |
Si nos fijamos en Alemania o
Francia, que tienen sistemas muy similares al nuestro (aunque no totalmente)
vemos que estos países invierten un porcentaje del PIB superior al español y a
la media.
¿Son mejores en materia de sanidad estos países?
Como todo en esta vida, es
relativo. La cartera de servicios del SNS, cuyas competencias están
transferidas a las comunidades, es muy amplia y supera con creces la de países
como Francia o Alemania. Entonces, ¿En qué
gastan el dinero nuestros compatriotas europeos? Pues básicamente en
personal. Los profesionales sanitarios en España tienen una remuneración de las
más bajas de Europa (Figura número 2). Además los últimos decretos sobre rebajas
salariales y recorte de las pagas extras a los funcionarios han acrecentado
esta situación. Esto implica tener un sistema de cobertura más amplio con un
coste menor. Otra discusión sería si la forma de mantener el sistema es
precarizando a nuestros profesionales.
Figura 2 |
¿Pero qué pasa con la
inversión?
Podríamos pensar que aun estando por debajo de países de
referencia, cada año se invierte suficiente para que, en un breve periodo de
tiempo, se consigan unos ratios similares.
Si analizamos el histórico de
datos, vemos que desde el año 2000, el gasto sanitario en España se fue
incrementando hasta colocarse por encima de la media de la OCDE. No obstantes,
a partir del 2009éste sufrió un decrecimiento brusco tras los ajustes de las
administraciones públicas. Como podemos observar en la figura número3, el gasto
sanitario en relación al PIB ha experimentado una fuerte caída en los últimos
años provocado por la contención económica de las administraciones, principales
pagadores del sistema.Si añadiéramos el periodo 2012-2013 veríamos un descenso
de hasta el -5%.
Lejos de corregirse,ésta tendencia
parece ir en aumento. Los cambios de política en materia de sanidad están
provocando una bajada de inversión importante además de la externalización de
servicios, fomento de la sanidad privada e incluso el intento de subasta por
partes de grandes empresas públicas como el ICS.
No hay que olvidar que desde el
2000 hasta el 2009, España crecía 4 puntos porcentuales, de media, por encima
de la media de la OCDE en gasto sanitario.
Analicemos ahora el gasto sanitario
per cápita. Si miramos los datos representados en la figura número4, veremos que España se aleja aún más de la media de la
OCDE. En números absolutos el gasto en sanidad por ciudadano se encuentra en
unos 2.361€ por habitante. Existe un dato muy interesante, los segmentos de
color turquesa corresponden al gasto de la sanidad privada, que supone en
porcentaje un 25% aproximadamente.
Figura 4 (Datos OCDE) |
Como todos sabemos, en España, la
mayor parte de la cobertura sanitaria está financiada por el sector público
aunque existe una parte importante gestionada por el ámbito privado. Del 25% de
los recursos que gestiona la sanidad privada, el 10% provienen de fondos
públicos es decir, de concesiones y transferencias al sector privado por
servicios que ofrece a la ciudadanía. Este traspaso de fondos se ha ido
incrementando año tras año. Si comparamos el dinero público que se gestiona por
el sector privado entre el 2012 y el 2013, éste aumentó un 52%
Así pues, como ya he comentado
anteriormente, en todo sistema existen ineficiencias pero es una falacia decir
que España gasta en exceso en sanidad. Además, a la vista de los datos y de la
cartera de servicios, centros, profesionales que tiene nuestro SNS hay que
decir, que aun estando infra-financiado, hemos conseguido un nivel asistencial
muy bueno. Pensemos que nuestro SNS da una cobertura prácticamente completa,
desde un trasplante (con los costes y complejidad que ello conlleva) hasta una
visita al médico de atención primaria.
Rubén López Zúñiga
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